Es verano, hablamos del mar y de vacaciones. El mar es un regalo gratuito y precioso que la naturaleza ha puesto a nuestra disposición. A menudo no nos damos cuenta de su valor y lo subestimamos.
El agua de mar ejerce multitud de efectos positivos sobre nuestra salud. Rica en magnesio, zinc, hierro, potasio, yodo y sodio, tiene un efecto terapéutico, tanto físico como mental. Los minerales que contiene ayudan a reducir la inflamación, protegen nuestra piel y curan cualquier rasguño o herida. Los músculos tensos se relajan cuando nos bañamos en el agua, nos damos un chapuzón o dejamos que las olas masajeen nuestros pies y piernas en la orilla. La salinidad que contiene también es buena para la piel, el cabello y los pies hinchados.
El color azul del mar, centelleante por los rayos del sol, invita a la calma, reduce la ansiedad y aleja los malos pensamientos que a menudo nublan nuestra mente. El sonido de las olas también ejerce una acción relajante y terapéutica sobre nosotros. El aire marino nos ayuda a aliviar el estrés, favorece la desintoxicación de nuestro sistema, purificando los pulmones y el cerebro. A su vez, el cerebro libera hormonas del bienestar, como la dopamina y la oxitocina.
El aire marino nos ayuda a aliviar el estrés, favorece la desintoxicación de nuestro sistema, purificando los pulmones y el cerebro. A su vez, el cerebro libera hormonas del bienestar, como la dopamina y la oxitocina. El aire marino también está indicado para las enfermedades inflamatorias del sistema respiratorio y el asma. También tiene un efecto beneficioso sobre el corazón; nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo y nuestras relaciones con los demás, fomentando el bienestar en sentido general.
Además, durante los días calurosos, el agua de mar es refrescante para el cuerpo, favoreciendo así el equilibrio adecuado entre cuerpo y mente. Así que, ¡¡¡todos al mar a divertirse y desintoxicarse!!!
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